Win With Women Global Action Plan México Country Report

Monday, August 26, 2024

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After World War II, within forums such as the United Nations (1945) and the Organization of American States (1948), Mexico ratified multiple international and regional human rights instruments, such as the Convention on the Elimination of All Forms of Discrimination against  Women (CEDAW), where Mexico found the starting point for various reforms and actions to promote women’s political participation, first through quotas and later through parity. 

Following this line, Mexico approved three legislative amendments to implement gender quotas (1996, 2002, and 2007) with an understanding of the need to promote the empowerment of Mexican women and increase their effective participation in the public sphere. In addition, the 2007 electoral reform also established that political parties must dedicate at least 2% of their ordinary resources to training, promoting, and developing women’s political leadership  (a proportion that was increased to 3% in 2014).

In 2014, a thorough amendment was made to the Political Constitution of the United  Mexican States (CPEUM) in political and electoral matters, which included, among several substantive changes, a mandate for parity in nominating candidates for elected legislative offices. 

Subsequently, in 2019, the amendment known as “Parity in All” was approved,  which provides for parity as a principle and as a right of all citizens that applies to all elected offices and appointed positions in the Executive, Legislative, and Judicial Branches and autonomous constitutional bodies. In addition,  progress was made in recognizing parity among indigenous peoples and communities.  

Following this legislative transformation, the thirty-two states have harmonized their laws to ensure that the parties comply with the mandate to nominate candidates based on parity for elected offices to form new state congresses and city councils according to the logic of vertical and horizontal parity.

Similarly, progress has been made on the issue of violence against women in politics (VAW-P), or gender-based political violence, which has had a widely documented impact in limiting the exercise of women’s political and electoral rights in Mexico, and even global initiatives have emerged to make this problem visible, such as NDI campaign “#NotTheCost: Stopping Violence Against Women in Politics.”

The reform of April 2020, which amended eight laws in electoral, administrative and criminal matters, granted various bodies that administer justice the jurisdiction to hear cases of VAW-P, including the corresponding bodies within the political  parties. Furthermore, it criminalized this type of violence in Article 20 Bis of the  General Act on Women’s Access to a Life Free of Violence. 

Finally, one of the most recent actions to prevent violence against women from  affecting their political participation was the enactment at the federal level in 2023  of the “3 out of 3 against violence” law, which bars persons convicted of offenses  involving family/domestic violence, sexual violence and persons with alimony or child support arrearages from running for elected offices.  

Against this backdrop, in the interest of learning about the needs and barriers that  women face within political parties, NDI has commissioned this report so that  the information compiled and presented can help to influence the existing parity  system to be made more effective in enhancing the leadership and the numerical, effective and sustained empowerment of Mexican women in politics. 


Después de la Segunda Guerra Mundial, en el marco de foros como la Organización de las Naciones Unidas (1945) y la Organización de los Estados Americanos (1948), México ha ratificado una serie de instrumentos internacionales y regionales en materia de derechos humanos, como la Convención sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW),  donde México encontró el punto de partida para la generación de diversas reformas y acciones con el objetivo de fomentar el impulso a la participación política de las mujeres, primero, a través de cuotas y, posteriormente, por medio de la paridad.

Así, en México se aprobaron tres reformas legislativas con el objetivo de implementar cuotas de género (1996, 2002 y 2007) comprendiendo la necesidad de fomentar el empoderamiento de las mujeres mexicanas, así como de aumentar su participación efectiva en el ámbito público. Además, en la reforma electoral del 2007, también se estableció que los partidos políticos debían dedicar cuando menos el 2% de sus recursos ordinarios para la capacitación, promoción y desarrollo del liderazgo político de las mujeres (que en 2014 aumentó al 3%).

En 2014, se efectuó una profunda reforma a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en materia político-electoral que incluyó, entre diversos cambios sustantivos la inclusión del mandato de paridad en la postulación de candidaturas a cargos legislativos de elección popular. Posteriormente, en 2019, se aprueba la reforma denominada “Paridad en todo”, la cual establece a la paridad como un principio y un derecho de la ciudadanía aplicable a todos los puestos de elección popular y a cargos de designación en los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, órganos constitucionales autónomos; además de que se avanzó en su reconocimiento en los pueblos y comunidades indígenas.

De manera similar, se han visto avances relativos al tema de violencia contra las mujeres en la política o violencia política en razón de género, cuyo impacto en la limitación del ejercicio de los derechos político-electorales de las mujeres ha sido ampliamente documentada en México, e incluso se ha visto el surgimiento de iniciativas globales para visibilizar este problema, como la campaña del NDI “#NoEsElCosto: Alto a la violencia política contra las mujeres”.

La reforma de abril de 2020, que modificó ocho ordenamientos legales en materia electoral, administrativa y penal, otorgó competencias para conocer de violencia política contra las mujeres en razón de género a diversos órganos de impartición de justicia, incluyendo a las instancias correspondientes al interior de los partidos políticos. Además, logró la tipificación de este tipo de violencia en el artículo 20 BIS de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.

Finalmente, una de las más recientes acciones para prevenir que la violencia contra las mujeres afecte su participación política, fue la aprobación a nivel federal en 2023 de la ley “3 de 3 contra la violencia”, que tiene como objetivo evitar que personas condenadas por delitos de violencia familiar y/o doméstica, sexuales y personas deudoras alimentarias, sean postuladas a cargos de elección popular.

Ante este panorama, el NDI, interesado en conocer las necesidades y barreras que enfrentan las mujeres al interior de los partidos políticos, ha impulsado la realización del presente informe, con el objetivo de que la información recopilada y presentada puede ayudarle a incidir para que el sistema existente de paridad sea más efectivo en potencializar el liderazgo y empoderamiento numérico, efectivo y sostenido de las mujeres mexicanas en la política.

 

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